Amazon: ¿bueno para los clientes, malo para la competencia?

Amazon: ¿bueno para los clientes, malo para la competencia?

Hace 25 años, Amazon vendió el primer libro en Internet. Lo que comenzó en un garaje, con solo unos pocos empleados, es ahora una preocupación para los reguladores de competencia de EE. UU. y la UE.

Jeff Bezos Amazon Chef (picture-alliance/AP Photo/T. S. Warren)

El 27 de julio, Jeff Bezos, el fundador del gigante Amazon tiene que comparecer ante el Comité de Competencia del Congreso de EE. UU., dos décadas y media después de haber vendido el primer libro en su plataforma en línea. Al igual que él, los jefes de Facebook, Apple y Google tendrán que responder preguntas de los parlamentarios estadounidenses en las próximas semanas. Pero, a diferencia de lo que ocurre con ellos, para Bezos es la primera vez.

Se trata de revisar las prácticas comerciales y de si los minoristas que usan Amazon como plataforma de ventas reciben un trato justo. También de los datos que la compañía de Bezos recopila cuando otras empresas venden productos a través de su plataforma, y de comprobar si Amazon y compañía obstaculizan a la posible competencia o simplemente la absorben.

Tanto los demócratas como los republicanos estadounidenses están de acuerdo en que la ley antimonopolio debe ser reformada, si es posible, el próximo año. “Las leyes antimonopolio se crearon para un entorno de mercado completamente diferente a principios del siglo XX. Luego se revisaron hace algún tiempo para regular las principales compañías de telecomunicaciones. Pero nunca estuvieron ideadas para nuevas compañías y plataformas tecnológicas, como las actuales”, afirmó Keneth Buck, diputado republicano.

Lo que los legisladores quieren evitar en cualquier caso, según Buck, es que unos pocos gigantes de alta tecnología dominen todo y obstaculicen la competencia y la innovación.

De empleado bancario a millonario

Todo comenzó hace 25 años. A mediados de la década de 1990, Jeff Bezos, graduado en ciencias de la computación y economía, trabajaba como banquero de inversiones en Nueva York. Muy pronto, se dio cuenta del potencial del comercio por internet.

“Encontré información en un sitio web de que Internet estaba creciendo en un 2.300 por ciento anualmente”, dijo en una de sus pocas entrevistas. “La idea de crear una librería en línea me hechizó”, afirmó el multimillonario.

Los estadounidenses gastaron 19 mil millones de dólares al año en libros a mediados de la década de 1990. “Para mí estaba muy claro, cuando pensaba en ello, que crearía una compañía que vendiera libros en línea”, dijo Bezos. “Sabía que si no lo intentaba, me arrepentiría toda mi vida”, agregó. Bezos fundó en 1994 su empresa Cadabra en un garage y logró dejar atrás a la competencia. Durante años logró convencer a los inversores de seguir apostando por su empresa aunque no tuviera ganancias. Hasta 2001, cuando durante el primer trimestre tuvo cinco millones de ganancias.

Mujer en almacén de Amazon en España.
Centro logístico de Amazon en España.

 

10.000 dólares por segundo en ventas

En la actualidad, Amazon logra fácilmente esa cantidad en menos de dos días: en 2019, las ventas del grupo empresarial fueron de más de 280 mil millones de dólares. A mediados de abril de 2020, el diario británico Guardian calculó que Amazon ganaría 10.000 dólares por segundo en ventas por el auge del comercio en línea durante la crisis del coronavirus. Además han agregado otros servicios como, Amazon Pay, Amazon Music, Prime Video y el lucrativo negocio de las nubes virtuales.

Comercio electrónico, fiebre del oro

Bezos comprendió desde el principio que “había una fiebre del oro en el comercio electrónico”, recuerda James Marcus, uno de los primeros empleados contratados por Bezos en 1996 para escribir reseñas de libros. Incluso entonces, ya Bezos pensaba en todo lo que podía ofrecer en su plataforma y enviar como paquete, afirma Marcus.

Para Brad Stone, experto en tecnología y autor de la biografía de Bezos “La tienda de los sueños. Jeff Bezos y la era de Amazon”, la relación entre Amazon y los minoristas que venden sus productos en la plataforma, es similar a la relación entre el traficante de drogas y los heroinómanos. Por supuesto, es tentador para los comerciantes si de repente obtienen acceso a más de 200 millones de clientes solo en Estados Unidos (más de 400 millones en todo el mundo), tienen toda su información de las tarjetas de crédito y pueden convertirse en clientes con un solo clic.

“Hoy en día, más de la mitad del volumen comercial corresponde a estos minoristas, a quienes Amazon vende servicios complementarios como logística, finanzas o servicios en la nube. Los minoristas y los consumidores se benefician de los efectos de la red”, aclaró el experiodista económico. Pero, al final, esta relación también puede ser destructiva, dice el autor Brad Stone: “Amazon te despluma cuando se trata de tus márgenes y luego compite contigo”.

El mantra de Amazon: hacer felices a los clientes

El éxito de esta compañía durante 25 años radica en haberse centrado en satisfacer al cliente, lo que solo es posible a los altos ritmos de trabajo en los centros de logística y las empresas involucradas para que el cliente reciba la mercancía en tiempo récord.

El economista Holger Schmidt cree que no tiene sentido que los políticos y las autoridades encargadas de la competencia cambien las reglas, causando desventajas para Amazon y otros gigantes de la alta tecnología: “Las plataformas deben ser tratadas de manera diferente que las compañías clásicas. No conozco a ningún consumidor que se queje de Amazon “, enfatiza Schmidt.

(rmr/ers)

 

[dw.com]

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